Inspiración para

El diario de Miranda

Algunas de las partes de El Diario de Miranda se crearon durante el proceso de escritura de los dos primero libros. Se trata de la única de las tres novelas en la que no fui capaz de imaginar un final en el proceso de escritura de los primeros borradores.

Tenía claro que debía situarse a finales del siglo XX, y también tenía claro que las tres mujeres debían tener su papel dentro de ella, no sin motivo el primer borrador para los tres relatos, llevaba por nombre Tres historias de mujer. Fue ese el motivo de que la historia permaneciera en el cajón durante más de tres años. Pero todo cambió el día que le conté los problemas que tenía con la historia final a un compañero del estudio donde trabajaba, mi amigo y también artista Henry Simon. Al igual que ocurría con la 2ª guerra mundial o con el movimiento Hippie, necesitaba algo que envolviera o le diera un sentido al momento escogido para narrar la historia. Henry había estado en Nueva York en más de una ocasión y no tardó en abrirme la mente al acontecimiento más importante acontecido en la ciudad y que coincidiaen el tiempo con lo que yo pretendía explicar en ese último fragmento de la novela.

Aquello cambió por completo el sentido de aquella última novela, y desarrollé una historia de amor más cercana a la vivida por Elizabeth que a la vivida por Liberty, jugando, eso sí, con las diferencias existentes entre una mujer que creció en los años treinta a una que lo hizo en los años noventa.